miércoles, 6 de junio de 2018

Bueno, bonito, barato... y ético: la nueva era del consumo responsable

*La reputación ya cuenta tanto como el precio, la calidad o el diseño cuando compramos un producto. Una encuesta de la OCU de 2012 reveló que el 64% de los españoles hacía 'shopping' en función de la buena reputación del fabricante
*"Queremos sentir que las marcas no nos venden un producto, sino que al comprar resolvemos injusticias", explica el periodista Pablo Herreros. Acaba de publicar el libro 'Se transparente y te lloverán clientes' y fue el promotor del boicot a los anunciantes del programa 'La Noria'
*"Somos como un mosquito en el dormitorio: obligamos a las empresas a moverse", se presenta Rank A Brand, la red de consumidores responsables que pone nota a multinacionales. Apenas 11 de las 700 que ha investigado obtienen un sobresaliente.
Andy Fastow siempre empieza sus conferencias igual: primero enseña el trofeo que recibió en el 2000 como mejor director financiero del año en EEUU... y luego saca su carné de presidiario. "Ambas cosas las gané por hacer lo mismo", bromea delante de alumnos universitarios alguien que ha sido condenado por blanquear millones de dólares.
Fastow era el hombre de los números en Enron, la compañía energética que llegó a ser la séptima cotizada en Wall Street en el cambio de milenio. La misma que hoy se cita en las escuelas de negocio como ejemplo de fraude empresarial planificado: pagó sobornos, maquilló pérdidas... "Lo que hice está mal y es falto de ética e ilegal", admite el ejecutivo en sus charlas. Acto seguido pide perdón a los estudiantes y les anima a comportarse justo al contrario que él.
El ex jefe de finanzas fue condenado a seis años de cárcel; Enron quebró en 2001. Entonces lo que conocemos como responsabilidad social corporativa (RSC) no figuraba en casi ningún organigrama y eso del empoderamiento del cliente sonaba sospechosamente a coaching. En la segunda década del siglo XXI, sin embargo, la situación ha cambiado. Ahora la reputación ha pasado a ocupar un papel central en la toma de decisiones del consumidor. Un nuevo paradigma propiciado, en gran medida, por las redes sociales y la economía colaborativa.
Rank a Brand es el mejor ejemplo de cómo el asociacionismo en internet puede conseguir que incluso las multinacionales abracen las buenas prácticas. La comunidad de consumidores responsables fundada como ONG en 2009 tiene su sede a cinco minutos en bici de la Universidad de Ámsterdam. Allí, en el primer piso de un edificio de ladrillo decorado con muebles rescatados de la basura, evalúa empresas en función de su responsabilidad social y sostenibilidad. ¿Cómo? Planteándoles un cuestionario de hasta 30 preguntas -a la vista de cualquiera que entre en su web- y convirtiendo las respuestas o ausencia de ellas en un boletín de notas anglosajón: A (nuestro sobresaliente) equivale a Adelante con la compra, C (aprobado) significa Va por buen camino y E (muy deficiente) quiere decir Mejor guarda la cartera.

Tal vez no las haya oído mencionar jamás, pero Kollateralschaden, Saint Basics, Zotter y Tony's Chocolonely son algunas de las marcas a las que este rastreator ético concede la máxima valoración, por delante de corporaciones que operan globalmente y cuyos productos consumimos con regularidad: Facebook, Amazon, Microsoft, Samsung, Nike, Levi's, McDonald's, Nespresso, Wikipedia... Impresiona la relación de 'cateados' por Rank a Brand en los seis sectores sobre los que ha colocado la lupa (moda, telecomunicaciones, alimentación, servicios online, electrónica y cuidado personal). Zara, por cierto, obtiene una C. ¿Qué nota sacaría ACME, la marca a la que recurría el Coyote para intentar atrapar al Correcaminos?
"Las empresas cada vez se toman más en serio su responsabilidad corporativa. Sin embargo, muy pocas se acercan a lo que percibimos como verdaderamente sostenibles. Sólo 11 de las 700 marcas que hemos evaluado obtienen la calificación A", comenta por correo electrónico Mario Dziamski, representante de una red que funciona con más de 100 de voluntarios (de California a Nueva Zelanda) y se financia sólo con las cuotas de sus socios (25 euros al año).

"Queremos sentir que no nos venden sólo un producto"
"Muchos estudios muestran que la mayoría de los consumidores están realmente dispuestos a comprar verde, pero que las marcas verdes no son fáciles de encontrar. En Rank a Brand hacemos que sí lo sean", expone la red frente al denominado greenwashing o publicidad ecológica infundada.
 Hemos entrado en la era de la excelencia y queremos sentir que esas marcas no nos venden un producto o un servicio, sino que al comprarlos estamos, además, ayudando a resolver injusticias, a mejorar el entorno medioambiental o social".
Herreros se refiere a los consumidores que prefieren huevos de gallinas felices (criadas en suelo y con acceso al aire libre), móviles fabricados sin materiales de sangre (no extraídos en zonas en conflicto) y cremas hidratantes que sólo incluyen ingredientes naturales. O al contrario: consumidores que penalizan a marcas de ropa que tributan en paraísos fiscales, a multinacionales que no combaten la brecha salarial y a fabricantes de coches que trucan sus vehículos para que parezcan menos contaminantes. Así es como el tradicional bueno, bonito y barato previo a cualquier shopping se ha convertido en bueno, bonito, barato... y ético.
OCU, además de opiniones, aporta datos: una encuesta suya de 2012 permitió descubrir que el 64% de los españoles había adquirido alguna vez un producto movido por la buena reputación del fabricante. En esta tendencia incidía en 2016 el informe Superbrands de la agencia Havas Worldwide, según el cual dos de cada tres españoles preferían comprar productos de marcas con las que compartían valores. Idéntica sensación se aprecia en el barómetro de confianza Edelman, termómetro global de la percepción de los gobiernos, los medios de comunicación, las ONG y las empresas. Según su edición de 2018 -elaborada con 33.000 cuestionarios en 28 países-, un 56% de los consultados cree que aquellas compañías que sólo piensan en ellas y en la búsqueda de beneficios acabarán desapareciendo."Esta cultura existe, y por suerte cada día va a más", confirma Ileana Izverniceanu, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). "El consumo responsable está muy presente en nuestra sociedad, y no sólo se traduce en qué compramos o qué marcas elegimos, sino en nuestros hábitos de consumo: el buscar productos locales o kilómetro 0, dejar de consumir innecesariamente, reciclar, donar lo que no necesitamos o venderlo de segunda mano...". 

Del boicot a blockchain

En 2017, los consumidores españoles reconocieron a Apple, PayPal, Central Lechera Asturiana, Nestlé y Balay como las cinco marcas más respetuosas, fiables y reales, según el estudio Authentic Brands de la agencia Cohn & Wolfe. Otras firmas nacionales como Cola Cao (7º puesto), El Corte Inglés (10º), Mercadona (15º) o Roca (22º) aparecen en este listado anual, que mide la autenticidad de acuerdo con siete acciones: tratar bien a los clientes, proteger su privacidad, cumplir las promesas, ofrecer calidad, comunicar con honestidad, actuar con integridad y ser genuino y real.
El consumo ético, según la cual el cliente no sólo tiene en cuenta el artículo en sí (precio, diseño, calidad, fecha de caducidad...) sino también intangibles como el prestigio digital del fabricante, se hizo visible recientemente en España de forma polémica. Fue a raíz de un reportaje del programa Salvados (LaSexta) sobre las condiciones de los cerdos en granjas y mataderos de Murcia. A consecuencia de la emisión, y tras el rechazo generalizado de la audiencia en España, dos cadenas de supermercados belgas retiraron de su oferta los productos de El Pozo, compañía a la que abastecía una de las instalaciones señaladas. El Pozo terminó por romper su relación con dicho proveedor.
La relación cliente-empresa jamás volverá a depender de una línea 902. Twitter y Facebook la han transformado para siempre. Pero es que la tecnología blockchain será a la responsabilidad social corporativa lo que el videoarbitraje a los penaltis en un Barça-Madrid: no va a dejar margen para la polémica.
La organización ecologista WWF acaba de presentar un proyecto para acabar con la pesca ilegal de atún gracias a este notario virtual. Escaneando con el móvil un código QR cuando cojamos una lata en el súper podremos saber cuándo se pescó, en qué zona del planeta y cuáles son las condiciones laborales quienes lo han traído del anzuelo a nuestra mesa.
Tasca está convencido de que el revolucionario proyecto de WWF se extenderá a la industria textil o a cualquier mercado de trazabilidad tortuosa: cacao, café, diamantes...
¿Y qué pasa con la gente que quiere consumir responsablemente y de momento no puede, bien porque el bolsillo no le da o porque vive en un pueblecito lejos de todo? ¿Qué hay de quienes se toman la molestia de mirar y remirar etiquetas y no encuentran lo que buscan? Mario Dziamski, el representante de Rank a Brand, que busca expandirse fuera de Centroeuropa, tal vez en el mercado de habla hispana, responde con la lucidez quijotesca que le da luchar cada día contra molinos: "Si realmente quieres hacer algo, encontrarás un camino; si no quieres hacerlo, encontrarás una excusa".
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COMENTARIO DE NOTICIA:
ºEn primer lugar, os dejo el link de la noticia, para que la podáis leer entera, ya que he cogido nada más que algunas partes salteadas, debido a que era un poco larga. 
ºEs una noticia macroeconómica, porque estudia la economía de un determinado país, y además es normativa, ya que el autor de ésta, a veces da su opinión y pone ejemplos, es decir, se somete a un juicio de valor.
ºPodemos observar, que en ella se habla de varios conceptos que hemos tratado en clase, como por ejemplo ´El consumo responsable´, ´Fair Trade´ o Comercio Justo, etc...
ºA pesar de no ser un tema en el que hallamos profundizado mucho, me interesa mucho, y creo que es algo que todos debemos conocer, ya que si lo llevamos a cabo, quizás podramos solucionar muchas injusticias.
ºComo hemos aprendido en clase, el consumidor responsable, debe informarse sobre el producto que está comprando, debe participar en acciones de denuncia, educación y sensibilización; debe consumir productos de Comercio Justo (Fair Trade), ecológicos. Debe hacer las cosas porque realmente las siente, y no porque todo el mundo las haga. Debe comprar porque lo necesite, y no por capricho, etc...
ºPara finalizar, he elegido esta noticia, porque como he dicho anteriormente, es un tema que me gusta bastante, y además me ha parecido que lo explica muy bien, y utiliza ejemplos que a pesar de que es un poco larga, hace que se te haga más amena. 
ANDREA HERNÁNDEZ DELGADO. 









1 comentario:

  1. Estoy totalmente de acuerdo y como hoy hemos visto en la clase debemos enfocar el futuro hacia un avance humano sostenible, siempre conviviendo con el medioambiente y procurando mejorarlo o mantenerlo igual como mínimo para las generaciones futuras.

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